Según Collegeboard.org, nosotros somos los primeros de nuestras familias inmediatas que asistimos a la universidad, “no debe ser confundido con aquellos inmigrantes de primera generación;” una persona en quien su padre es, al más alto nivel, se graduó con título de la secundaria, el equivalente o menos; un estudiante de primera generación puede ser de cualquier estatus socioeconómico: familias de bajos, medios, o buenos ingresos.
¿Pero qué significa esto?
Esto significa que nosotros, los estudiantes de primera generación, somos los primeros en participar y aprender del sistema.
Nos esforzamos por llenar formularios como FAFSA.
No sabemos a dónde solicitar.
¿Cómo nos podemos preparar para el SAT?
No te olvides del ACT.
¿Dónde será mejor, una escuela pública o privada?
¿Cómo funcionan las becas privadas comparadas con las becas del estado, los préstamos subsidiados comparados con los préstamos sin subsidiar?
¿Tendrá mérito mi principal tema de estudio a posibles empleadores?
¿En fin, como puedo traducir toda esta información en una forma en donde puedo lo entender y explicar a mis padres?
Estas son unas de las innumerables cosas que ocurren durante nuestra aventura hacia la universidad. Unos tienen suerte con mentores, padres y consejeros que les guían mientras otros tienen lo mismo potencial, pero sin nadie que los apoye.
Por esto, es importante que los estudiantes de primera generación se mantengan unidos.
Hace cuatro años, yo fui uno de esos estudiantes perdidos. La FAFSA me confundió con todos sus números. Tuve poca motivación para terminar mis solicitudes universitarias porque no sabía a qué escuela quería asistir. Tenía miedo de tomar préstamos, y solo quería terminar con este proceso. Hoy, me enorgullece decir que, en tres meses, me voy a graduar de la Universidad de Texas A&M.
Yo creo que los estudiantes de primera generación tienen una responsabilidad de guiar a los jóvenes que siguen en nuestros pasos. Los que allanaron el camino deben compartir su sabiduría. En este mundo competitivo, es nuestro deber apoyar a los estudiantes que son un reflejo de nosotros mismos. La educación es la clave para una sociedad educada y de mentalidad abierta. Consiguiendo esto exige el coraje de
Escrito por Anna Martinez y traducido por Sarah Samaranayake